La filosofía nace de la libertad y construye con la palabra

La libertad no es una elección: se nos impone. La palabra, por su parte, es la arcilla del pensamiento: maleable, dúctil, capaz de adoptar formas insospechadas. Pero ¿cómo distinguir la verdad del engaño? Una palabra adquiere valor cuando remite a algo reconocible, cuando señala un objeto o una experiencia que puede ser vivida, sentida, compartida.
De todos los discursos humanos, la filosofía es el que se atreve a construir realidad con palabras. La ciencia me explica el cómo y el porqué de las cosas. La filosofía, en cambio, me da el mundo en el que esas cosas cobran sentido. Hay muchos mundos posibles. Yo habito uno de ellos. Y la actividad humana que diseña mundos habitables se llama Filosofía. Magia y Filosofía son creadores de mundos. Pero la magia lo hace generando ilusiones. La filosofía desde el conocimiento buscando generar verdad.
Hay muchas razones para comenzar a filosofar. Una de las más profundas es el asombro. Si aún eres capaz de maravillarte, si confías tanto en el sentir como en el saber, adelante: quizá encuentres en esta asignatura algo que te transforme.